miércoles, 29 de marzo de 2006

Ha muerto Stanislaw Lem

Tengo un recuerdo muy vivo de un viaje en barco desde Cádiz a Tenerife, transportando un coche, yo solo. Me pasé esos dos días al sol, tumbado en una cubierta sobre una plataforma metálica, por las noches en una litera, leyendo obsesivamente Solaris.
Lem es uno de mis puntos de referencia básicos, y lo ha sido los últimos quince o veinte años, desde que lo descubrí. Se supone que escribía ciencia-ficción pero no hay que leer más de diez páginas suyas para encontrarse perforando el interior del ser humano y descubriendo cosas raras, cosas tristes, cosas graciosas.
Con todo mi cariño le dejo aquí este dibujo, una falsa postal de algún planeta remoto que pudo llevar en el bolsillo Ijon Tichy, o quizá Pirx.

20060329ijontichy


- Comprendo -intervine-. Decántor, usted tiene razón en cierto sentido. Pero sólo en el sentido de habernos hecho ver con su invento, hoy a mí y mañana, tal vez, al mundo entero, la no necesidad del alma. En el sentido de habernos mostrado que la inmortalidad invocada por los libros sagrados, estudiados por usted, todos los evangelios, epopeyas babilónicas, vedas y leyendas, que la inmortalidad, repito, no sirve para nada al hombre. Y le diré más todavía: cada hombre sentirá hacia la eternidad que usted quiere ofrecerle lo mismo que siento yo, se lo aseguro: la mayor repulsión y miedo.

Stanislaw Lem. Diarios de las estrellas. Viajes y memorias. 1971.
Punto de lectura. Ediciones B. S.A. Suma de Letras S.L.
Traducción de Jadwiga Maurizio.

1 comentario:

adrián alemán dijo...

Que para desbordante, extraño y raro no le hacía justicia ni Tarkovski, con todo lo interesante que pueda ser la pelicula.

Saludos, y gracias por el obituario.