Una noche me llevaban en coche por una autopista y vi un cartel luminoso en la oscuridad, en un polígono industrial: Almacenes del Sueño. Supongo que allí había colchones, camas, etc. pero en ese momento de pura poesía involuntaria, como es lógico imaginé ir allí por la mañana, el mostrador y detrás la nave, con estanterías industriales llenas de cajitas de plomo, realmente no tenían un catálogo, sino muestras de sueños, un poco viejas, atornilladas en una tabla junto al cuartito donde te hacían la factura.
Con ese material un día empecé a dibujar el boceto de esta historia en papelitos sueltos, un poco como un cadáver exquisito, continuando en cada uno las líneas del anterior y otro poco como un dibujo automático, sin pensar. Todo eso queda muy amortiguado en la versión final, y titular a la historia Un viaje surrealista... es un poco mentira. Lo onírico de las escenas también es mentira, nadie está soñando nada, eso te lo enseño al final.
Si esta historia se hubiera publicado en papel, cada escena estaría en una nueva página, no son un conjunto sino una sucesión. Aquí creo que lo mejor es ir publicando una cada día, son 20.
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1 comentario:
Te acompaño :)
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