jueves, 27 de octubre de 2005

Espinita 037: La luna

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Esta historia está basada en una conversación con mi hija, una tarde de febrero de 2003, caminando y mirando la luna mientras oscurecía. Ella tenía unos tres años. Para la parte gráfica tuve que esperar un par de años más, quería utilizar como base un dibujo suyo.
El dibujó lo hizo, me lo regaló y terminó troceado y recompuesto con cinta adhesiva antes de seguir trabajando encima.

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miércoles, 26 de octubre de 2005

Desacuerdos. M.E.K. Las Puertas del Infierno.

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Hace unas semanas me dejaron un recado por teléfono desde el MACBA (Museu d’Art Contemporani de Barcelona) para pedirme permiso para incluir una obra en una exposición, Desacuerdos. Se titulaba Las Puertas del Infierno. Después de darle muchas vueltas, pensé que tenía que ser un cómic de dos páginas que dibujé en 1986. No entendía bien cómo había alguna copia de esas páginas en Barcelona, pero podría ser.

Unos día después, resultó que no era el cómic sino una pieza musical.
A mediados de los años 80, yo seguía interesado en hacer una música con sintetizadores, collages, ruidos, etc. y es verdad que siempre intentaba relacionar músicas, fotos, dibujos, historias. Todo eso lo dejé un día. El MACBA ya hizo una primera edición de Desacuerdos de marzo a mayo de 2005, y allí, en un anexo, el Archivo sonoro Víctor Nubla, he encontrado que figuraba otra pieza de 1986: Un cochino suelto y un perro pequeño. Fue una aportación a una colección de casettes de un minuto (30 segundos por cada cara) que se llamaba Usa el Autorreverse, y que creó Antoni López-Ignorant. En la imagen del post está mi copia de ese casette; su portada la hice en colaboración con Javier Eloy.

Sigo sin recordar, sin embargo, haber hecho una música llamada Las Puertas del Infierno, debió ser una aportación hecha especialmente para una recopilación, algo bastante común en esos años de uso intensivo del correo postal, el mail-art, los proyectos compartidos. Ese momento lo explica mejor en el enlace anterior Víctor Nubla, una de las personas detrás de Macromassa.

Las puertas..., el cómic, fue la primera historia de un proyecto llamado Los viajes de Musimori, Espada y Kek. Nunca lo seguí, ni siquiera terminé esas primeras dos páginas, aunque sin ellas, no hubiera existido Espinita. Una teoría sobre Los Viajes de MEK y Espinita, que tiene bastante sentido, es que Musimori se transformó en Espín, Kek en Caballito Frenado y espada en Siete, los tres personajes iniciales.

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laspuertaspagina2

sábado, 22 de octubre de 2005

Proceso de trabajo

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Cuando empecé a publicar Espinita el año pasado partí de 150 guiones (casi) terminados. Sigo escribiendo, sin prisas, y voy reuniendo anotaciones en un grupo que llamo Guiones más allá de 150.

Sé, por experiencia, que necesito mucho tiempo para trabajar con esas notas. Las iré fusionando. separando, desechando, rescatando de la basura, destrozando y curando y algún día dentro de 3 ó 4 años organizaré lo que haya sobrevivido en una serie de nuevos guiones, con un orden concreto, que siga la línea que va desde la historia 000 a la 149.

Estas últimas semanas he escrito un par de esas notas. Aquí están, ni siquiera sé qué personajes hablan.

PERCEPCIÓN DEL TERRITORIO
- necesitamos hitos, sitios de los que acordarnos para darle sentido al paisaje: un camino es perfecto, además separa y dice esto es un lugar y al otro lado del camino empieza otro lugar. un barranco, una piedra, una palmera también sirven.
- ¿paisaje o territorio?
- paisaje es el territorio que vemos, pero si no lo vemos, ¿existe?
- no me cuentes ese rollo otra vez
- el mar ahí delante, enorme ¿por eso nos resulta tan extraño, porque no tiene caminos?
- sí, claro, aunque hay a quien eso es lo que le atrae.

CONTROL DE LA MENTE
- la mente puede liberarse para que explore el mar de ideas, para ser creadora
o puede concentrarse en un punto, para perforar, analizar, investigar
- yo puedo usar mi mente de las dos formas. aunque lo que me pasa es que se me libera cuando necesito que se fije en un punto
y cuando necesito ser creativo me quedo concentrado en un punto blanco sobre blanco, paralizado

Como decía Willy Wonka en la película de 1971: Tenemos tanto tiempo y tan pocas cosas que hacer.

martes, 18 de octubre de 2005

Cómo debe y no debe ser un blog. Un balance. Dos enlaces.

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Joi Ito publicó cinco consejos para bloggers principiantes, traducido después por Enrique Dans. El resumen de estos consejos es:

  1. Sé humilde y no intentes escribir cosas concluyentemente sabias.

  2. Necesitas ayuda para pensar.

  3. Toma partido.

  4. Vincula.

  5. Escribe pronto, escribe mucho.

Yo pensaba que Liferfe se desviaba bastante de estas guías: no suelo ser humilde, ni escribo posts pidiendo ayuda para definir un tema, de hecho eso me parecería demasiado cercano a una artimaña para estimular los comentarios; escribo poco, y a veces muy lento, dejo post a medias semanas, puliendo detalles, esperando a estar seguro de lo que quiero contar. (Por otra parte, me gusta mucho vincular).

Pero esto son minucias comparadas con otras listas de consejos/errores, como la de Nielsen.

Ayer, Nielsen acaba de clavar en la puerta de su web sus acusaciones hacia los malos blogs: Usabilidad de los Weblogs: Los diez principales errores de diseño..

  1. No hay biografía del autor.

  2. No hay foto del autor.

  3. Títulos de posts no descriptivos.

  4. Enlaces que no dicen a dónde llevan.

  5. Los artículos de éxito quedan enterrados.

  6. La única navegación es la cronológica.

  7. Frecuencia de publicación irregular.

  8. Temas mezclados.

  9. Olvidarse de que estás escribiendo para tu futuro jefe.

  10. Tener el blog sin dominio propio, alojado en un Servicio de Blogs.

Liferfe tiene la lista completa de errores, los 10. Bueno, no del todo, si desde este blog enlazas a otras páginas mías puedes llegar a encontrar una biografía con foto, aunque no creo que para Nielsen esto sea aceptable. El error número 9 me parece especialmente siniestro: Cada vez que pongas algo en Internet, -- ya sea en un blog, en un grupo de discusión, o incluso en un email -- piensa en cómo lo verá un futuro jefe que te contrate dentro de diez años. Una vez que las cosas se publican, son archivadas, guardadas en caché, indexadas en muchos servicios de los que ni siquiera eres consciente. No sé si esta noche tendré pesadillas pensando en qué he puesto en internet que me avergonzará dentro de 10 años, ¡glub!.

Por otras parte, mi blog me gusta, y de hecho muchos otros que me gustan tienen (casi) tantos errores como éste; a la vez, he visto muchos blogs espantosos, aburridos, tristes, vacíos, que posiblemente pasarían limpiamente el filtro de Nielsen.



Hace un mes y pico Liferfe cumplió un año, con una cifras de visitas que desde luego no batirán ningún récord. Mis estadísticas este último año, más bien para sonreir viéndolas son éstas:

estadisticasliferfe20042005

Tampoco voy a cumplir ninguno de los plazos que pensaba. Yo creía que podría terminar una historia cada semana, alternándolas con otros posts sobre temas más lejanos pero que influyen sobre mis historias. La realidad es que estoy terminando, como mucho, tres historias al mes. Para empeorar la situación, de vez en cuando vuelvo atrás a redibujar historias y cambiar posts.

Fin del balance.

Actualización julio 2007:
Las visitas al blog han ido subiendo, sobre todo en los últimos 4 meses.

datosjulio2007



Llevo tiempo visitando dos blogs sensacionales, totalmente recomendables:

Te puedes pasar días sólo mirando los archivos de cualquiera de ellos, descubriendo cosas nuevas con cada post. No se puede pedir más.

miércoles, 12 de octubre de 2005

Espinita 036: Un texto

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Copia, creación y derechos alrededor de Émile Cohl

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Este año he contado de nuevo la historia del cine de animación a mis alumnos. Revisando mis apuntes, he visto, quizá más claro que otras veces, cómo se sucedieron algunas cosas a finales del siglo XIX, y he pensado (bastante) en la importancia que tuvo en ese momento la copia y utilizar el trabajo de otros para crear un nuevo medio. Esta reflexión aclara mucho la toma de posición ante lo que está pasando hoy (2005) con los derechos de propiedad intelectual y su gestión, las prohibiciones, las restricciones, los abusos. Y para darle sentido a estas conexiones, tomo como centro a Émile Cohl, aquel anciano que, sólo 30 años después de inventar los dibujos animados murió, abandonado y en la miseria de un rincón de un hospital de indigentes de París una noche de enero de 1938, unas horas antes que Meliés, la misma noche que se estrenaba Blanca Nieves y los Siete Enanitos.

Hacia 1883 Cohl formaba parte de un grupo llamado Los Incoherentes. El título de su primera exposición colectiva deja las cosas claras: Una exposición de dibujos por gente que no sabe dibujar. Se podría decir que fueron antecedentes de los dadaístas, pero seguramente tenían más sentido del humor. En el grupo, junto a Cohl encontramos a Paul Bilhaud que expuso un cuadro totalmente pintado de negro: Pelea de negros en un sótano por la noche; a Alphonse Allais que publica el famoso Album Primo-Avrilesque con siete cuadros monocromáticas, entre ellos la pelea de los negros y otros igual de ocurrentes como mi favorito, el rectángulo rojo titulado Cosecha del tomate por cardenales apopléjicos a las orillas del Mar Rojo; o una obra de Sapeck (quien también hacía unas protoperformances paseando por París con la cabeza pintada de azul) que consistía en la Mona Lisa modificada añadiéndole una pipa. Yo conocí a Los Incoherentes hace sólo un par de años, después de estar toda la vida viendo los grandes logros conceptuales del suprematismo, los cuadros monocromos de Malevich (con títulos tan aburridos como Cuadrado blanco sobre fondo blanco) o la reproducción de la Mona Lisa con el bigote añadido por Duchamp.

Esto me lleva a una pregunta, una conclusión, y otra pregunta.

  • Los Incoherentes cuidaban mucho sus catálogos, les interesaba casi más que la propia exposición: hacían dibujos especiales, usaban una imprenta de calidad; en París seguramente debieron sobrevivir algunos ejemplares diez, veinte años, en algún mercadillo, en algún desván. ¿Llegó alguno de estos catálogos a manos de Duchamp, Malevich o los dadaístas?¿lo sabremos algún día?.

  • Si comparamos Pelea de negros en un sótano por la noche de Bilhaud con Cuadrado blanco sobre fondo blanco de Malevich, las principales diferencias son los títulos y que uno es un famoso hito en la historia del arte y otro es casi desconocido, así la conclusión es: si tienes sentido del humor no pasarás a la Historia del Arte. (Mmm, Duchamp tenía cierto sentido del humor, así que esta conclusión no es del todo cierta)

  • ¿Qué hubiera pasado si Bilhaud, Allais o Sapeck o sus herederos se hubieran presentado en el estudio de Malevich, o en el de Duchamp, con una orden judicial por violación de derechos de autor?


Sigo con Cohl, que después de los Incoherentes, tuvo mucha más vida, en el cine de animación.
Me gusta situar el inicio remoto de la animación en Stubbs, y en cómo el mejor pintor de caballos que ha existido cuando los pintaba galopando lo hacía como los niños, con dos patas estiradas hacia adelante y dos hacia atrás, pero no es el único, durante siglos los pintores no podían hacer otra cosa, el ojo humano nunca podrá ver cómo se mueven realmente las patas de los caballos. Pero ahí entra el millonario Leland Stanford y su famosa apuesta de si un caballo al galope tenía las cuatro patas en el aire o no.

Este año, buscando alguna imagen nueva de Stanford, encontré esta magnífica foto del tren donde iba camino de Promontory Summit, a colocar el famoso remache de oro, el golden spike, que terminó la línea de ferrocarril que unió las costas este o oeste. Por encima del paisaje desolado y el tren, lo mejor de la foto: las siluetas de los indios que miran, quizá sin saberlo bien, cómo Stanford va a clavar el mágico clavo dorado que hará desaparecer su mundo. Muybridge, el fotógrafo que demostró para Stanford que sí, que el caballo flotaba en el aire en un momento determinado, con sus famosas secuencias de fotos. Sin la difusión del trabajo de Muybridge, sus copias y versiones, el nacimiento del cine seguro que hubiera sido muy diferente.

Es conocido cómo el operador de Edison Stuart Blackton hizo una película muy influyente con animación stop motion, El hotel encantado. Si esta es la primera película de animación, si fue otra, si el inventor de la animación fue Segundo de Chomón, como sostienen historiadores españoles, no es lo más importante. Lo realmente básico para mí no es quién se lleva esa medalla sino cómo se influyeron unos a otros, y la reflexión de qué hubiera pasado en un mundo como el actual, o el que veremos en el futuro, si alguien hubiera patentado un sistema de animación e impedido que nadie más lo usara hasta pasados 50, 70, 100, o incluso sólo 15 años, sólo con eso la historia hubiera cambiado.

Émile Cohl estudió la película de Blackton fotograma a fotograma. Además de sus incursiones en aquellos grupos artísticos disparatados, era caricaturista, dibujante, titiritero. Me gusta retroceder un poco para recordar que, en Francia, a alguien se le ocurrió hacer un espectáculo de marionetas donde una persona sacaba la cabeza por un agujero en una tela y debajo llevaba un cuerpo de marioneta ridículamente pequeñito: lo llamaron fantoche. Los caricaturistas de la época (entre ellos Gill, maestro de Cohl), a partir de estas marionetas, empezaron a hacer esas caricaturas de gigantescas cabezas y cuerpitos atrofiados que todos hemos visto en periódicos de finales del siglo XIX. Las ideas se transformaban en otras en un instante. Como es sensato, quien quiera que fue el que inventó el fantoche no llamó a sus abogados para impedir que se hicieran esas caricaturas.

Hay una anécdota muy buena de Cohl, que por otra parte los mismos historiadores dicen que es falsa, pero como casi todas las biografías son inventadas retocadas o mejoradas, qué más da. El caso es que iba por la calle en París y se encontró con un cartel de una película hecha con dibujos suyos pirateados. Se cabreó y entró en el estudio (Gaumont); allí, en vez de llamar cada parte a sus abogados y empezar un juicio por derechos de autor, lo contrataron sobre la marcha para que trabajara con ellos. Problema resuelto.

En 1908 Cohl hizo 700 dibujos que fueron la primera película completamente animada, Fantasmagorie. Un par de años después, en Estados Unidos, Winsor McCay, el dibujante de Little Nemo, ha visto Fantasmagorie y otras películas de Cohl. La capacidad para dibujar de McCay era increíble. Me gusta contar cómo en su pueblo, de niño hizo un dibujo en la pizarra del colegio tan bueno que le hicieron fotografías y vendían las copias, o cómo montaba sus chalk-shows, con una pizarra en un escenario, dibujando para el público en directo. Interesado por esas películas francesas, con los personajes de Little Nemo McCay hace él mismo 4000 dibujos en papel. No se había inventado la técnica del acetato, así que eran dibujos individuales, completos, 4000; es una barbaridad, aquí no hay dibujantes de intercalación, ayudantes, equipo de trabajo, sólo Winsor dibujando en folios. Yo cada vez que veo esa peliculita me sorprendo de cómo, sin referencia alguna, caminando por un territorio completamente inexplorado, pudo tener esos resultados tan buenos. Poco después dibuja otra película mítica, con más dibujos, Gertie la dinosauria el primer personaje creado para la animación, con la que montaba un show muy peculiar, subido al escenario junto a la proyección, ordenándose que hiciera cosas Vamos, Gertie, levanta la pata derecha (tenía memorizada toda la película).

Cohl, hacia 1912 viaja a Estados Unidos para trabajar en lo que dicen que es la primera serie de películas de animación, The Newlyweds. En Nueva York, ve en un teatro películas de McCay, como por ejemplo Gertie. Sale del teatro extasiado. Y lo que acaba de ver a su vez le influye en su trabajo. Al final de su vida, después del incendio de los estudios americanos donde trabajó, después de toda su vida creando cientos de películas, sólo existían dos o tres, una única copia de Fantasmagorie, que se encontró en Roma en los años 30, y así.