miércoles, 9 de febrero de 2005

Viaje al oeste

20050209

"El Rey Dragón salió a toda prisa de la tienda de Yüan Shou-Chang con los ojos anegados en lágrimas. En aquel mismo instante el sol, rojo como la misma felicidad, se estaba poniendo. Una neblina densa se iba extendiendo lentamente por las montañas, mientras los cuervos regresaban a sus nidos y los viajeros buscaban un sitio en el que pasar la noche. Los gansos salvajes habían encontrado ya cobijo en la arena y la vía láctea se hacía cada vez mas visible. En la lejanía se apreciaban las luces mortecinas de una aldea. En los templos el viento nocturno iba apagando, una a una, todas las candelas, desperdigando después el olor a humo. Más cerca un hombre soñaba que se había convertido en mariposa y se marchaba volando. La luna iba moviendo de lugar la sombra de las flores de un jardín. En lo alto, mientras tanto, las estrellas se habían multiplicado por mil. Era medianoche y la oscuridad se había enseñoreado de todo."

Viaje al oeste. Traducción de Enrique P. Gatón e Imelda Huang-Wang. Siruela.
Foto: costa este de Tenerife, 7 de febrero 2005, hacia las 7 de la tarde.

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