El proceso de Un Viaje Surrealista a los Almacenes del Sueño

Terminar esta historia me ha llevado varios meses en un proceso que tiene mucho de trabajo gráfico pero también mucho de mental.
Como surrealista que es, empezó como una mezcla de escritura automática con un cadáver exquisito solitario, dibujando fragmentos sueltos en papelitos durante varios días, intentando engañarme a mí mismo para cada vez olvidar lo que había hecho hasta ahí.
Esos cuadraditos de papel fueron pasando de libreta en libreta durante algunos años, siempre dejando para el final la parte gráfica. Intentando unificar de alguna forma los fragmentos me impuse un proceso que empieza con dibujo de lápiz y mucha postproducción digital, añadiendo capas de color, contraste, ruido y suciedad.

Si alguien ahí fuera ha seguido Espinita hasta aquí quizá haya reconocido elementos que son parte de mis referencias o mis obsesiones, o mi vida: un cuarto de bloques de tosca, un risco, una escalera, una decoración Alchimia, viento, basura, petróleo, espirales, el cubismo checo, un reloj.

Otras cosas que quiero contar son, sin demasiado orden

• La casa de la Noche 2 la dibujé inventándomela, aunque cuando la miro yo mismo pienso que la copié de una foto, pero no es verdad. Es como una casa cualquiera de las que se pueden ver al borde de la antigua Carretera del Sur (de Tenerife), sobre todo por la zona de Agache. El dibujo que tiene en la pared en realidad es un mosaico publicitario, aunque alguien después construyó una escalera y casi no se ve. Tiene unas estrellas en homenaje a unos mosaicos o pinturas publicitarias de carretera de Philips, no sé si queda alguno aún.
• En la Noche 13 se ve una antena de radioaficionado que puede ser simplemente una idea de Teremín (que construyó los decorados) o quizá un plan que tiene de comunicarse con algún sitio por radio, no lo sé. En los primeros bocetos ahí había una bandera, pero por otra parte Teremín aún no había llegado a la historia.
• Las construcciones que se ven en la Noche 4 son una versión de parte de un Plan urbanístico para Stamford, Connecticut de Michael Graves, de 1984. Eso explica los números de las puertas laterales: 19 y 84.
• Que en cada Noche aparezca de alguna manera su número de orden es un homenaje claro a Peter Greenaway y su Drowning by numbers.
• Evidentemente, que en la Noche 7 se vea la estructura artificial que sostiene al mar es un adelanto del final de la historia, donde todo es, o puede ser, una obra de teatro. El paisaje en esa noche es el de la Playa de la Entrada en El Socorro, Tenerife, eternamente cubierta desde mi infancia por las basuras que trae el mar, incluyendo petróleo, o piche como me enseñaron a llamarlo.
• En la Noche 15, un montón de escombros explica que al menos una parte de la cueva, en la que se entra la Noche siguiente, es excavada. Parece una típica escombrera de una galería de agua, aunque faltan los raíles, falta una vagoneta oxidada. Se los habrá llevado alguien.
• Los edificios de la Noche 17 son una copia de mí mismo, de un cuadro más bien grande, la Ciudad de la Cocina (porque está colgado en la cocina de mi casa y allí lo he estado pintando lentamente los últimos 8 ó 10 años), aunque el de la izquierda del todo está basado en un boceto de Ettore Sottsass que vi en un libro.
• La casa que se lleva el viento en la Noche 8 es, por supuesto, la casa de Dorothy en El Mago de Oz, la película (la copié literalmente de unos fotogramas), así que la Noche 9 viene a representar el camino de baldosas amarillas y ese primer momento en que Dorothy llega al País de los Munchkins y todo está en color y es maravilloso. A lo lejos, los almacenes verdes pueden muy bien ser el País de Oz. El Mago de Oz, el libro, es para mí más que un referente.
• La referencia a Oz y también el estilo gráfico tienen que ver con la siguiente historia de Espinita, que hice por encargo de Teresa para un periódico, aunque al final no se publicó. Ya lo explicaré mejor cuando la publique aquí.
• La mesa de la noche 1 está basada en muebles de Pavel Janák, del cubismo checo, hacia 1913-14.